Areópago del principe Arabe
El príncipe Ahriman, viejo y desdichado, mueve el poder de su mano y los cuatro poderes. Levanta su vigor, desenvaina su espada exclamando:
“¡Al-Qaum!” Resplandece su brillo como tal rey visto en el eclipse.
El sigilo nocturno resguarda las caravanas de los viajeros hacia la moderna ciudad ilusoria de Petra, o la nada, desde el antiguo mundo neural colectivo. El filo ilumina su rostro, el doble filo del poder, soberbia y caos, desde el trono del reino, la ilusión cancerígena.
La bella dama Mossad suavemente extiende sus manos, hilando su sonrisa en su suave danza. Con su mano, escribe la letra “PEG”. El rey soberano ve el péndulo al danzar la dama odalisca arcana. Su sonrisa acaricia: “La peg del ari, ari, ari”, danza dentro del harem.
Los hermanos jamás entenderán el areópago imperial del juicio, cuando el tridente del rey salga del mar. Se ahogaron las iglesias de los peces y miles y millones tomarán las vías de la Petra celeste. Desde el areópago, el rey universal, con su tridente global, expone que la guerra excesiva trae la muerte o la paz, al caos y el infierno donde no deberían volver.
La belleza de la diosa y su danza hacen caer a todos los hombres domina a los reyes más poderosos. Ella solo baila y encarna, la odalisca danza serpentina como si una flama fuera, su movimiento refleja en la oscuridad a los servidores de la serpiente invadirán con el grito del ari!
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